Aguas desconocidas: Las llamadas del Mediterráneo
Ciudadanía económica”, “inclusión financiera”, “soluciones digitales”, “conservación marina”… Una lectura rápida de estos términos podría parecer una de esas tareas de la escuela primaria en las que hay que descartar “el raro”. Lo más probable es que descartes “conservación marina” porque no parece encajar.
Desde Fundación Capital creemos firmemente que, aunque el desarrollo económico y las cuestiones ambientales suelen estar reñidos, pueden y deben ser complementarios. Con más de una década de experiencia en la creación de soluciones tecnológicas innovadoras hemos ayudado a 7 millones de personas en 19 países con altos índices de pobreza, conectando a pequeñas empresas y a personas con servicios, programas e información que les permiten ahorrar, hacer crecer sus negocios y acceder a una ciudadanía económica plena.
Sin embargo, en un esfuerzo por alejarse de los proyectos aislados y avanzar hacia un cambio sistémico, reconocemos que nuestra lucha por aumentar el acceso al capital financiero y social no tiene sentido si no luchamos por proteger nuestro capital natural -nuestro medio ambiente, los recursos naturales, la biodiversidad- y las comunidades que se esfuerzan a diario por conservar sus bosques, ríos y mares. Tanto el Mediterráneo como las iniciativas sobre el cambio climático representan un territorio desconocido para la Fundación Capital. Tal vez sea nuestra afinidad por la tecnología y las soluciones digitales, que se basan en constantes pruebas y errores y reiteraciones, lo que ha dado lugar a una mentalidad de gestión adaptativa incorporada a nuestra cultura organizativa. En otras palabras, estamos abiertos a asumir riesgos y a navegar en aguas desconocidas.
Reimaginar el Mediterráneo
Para la mayoría, el Mediterráneo evoca imágenes de relucientes casas encaladas con el telón de fondo de aguas azules, yates y centros turísticos. Pero esta región es mucho más que playas abarrotadas de gente del jet-set. En primer lugar, es una región rica en historia, cultura y formas de vida únicas. El mar Mediterráneo está bordeado por 21 países tan diversos como Albania, Argelia, Croacia, Egipto, Israel, Líbano, Libia, Marruecos, Turquía, España, Italia y Francia, por nombrar algunos.
Bajo el brillo de la belleza atemporal que ha sido capturada una y otra vez en las portadas de las revistas de viajes, se encuentra una región cuya biodiversidad se está agotando rápidamente bajo la presión del cambio climático, el desarrollo inmobiliario agresivo, la pesca industrial y el turismo de masas.
Regenerar la biodiversidad
La llamada a reimaginar el Mediterráneo viene de la mano de reconocer la necesidad de construir y promover modelos económicos alternativos que potencien la regeneración de la biomasa y la biodiversidad. Quienes tienen la clave de este enigma son las propias comunidades locales. Los pequeños empresarios y las cooperativas están impulsando diversas iniciativas que afectan positivamente a sus medios de vida y a sus ecosistemas:
- Turismo verde y azul que promueva la sostenibilidad de las culturas locales, la biodiversidad y los medios de vida.
- Economías circulares que reducen los materiales para fabricar productos y recuperan los “residuos” como recurso para fabricar nuevos materiales y productos.
- Políticas públicas que privilegien y remuneren la regeneración de la biodiversidad y la biomasa en el Mediterráneo, incluso a través de las acciones deliberadas de pescadores sostenibles y respetuosos, agricultores orgánicos, gerentes de hoteles y restaurantes locales, y cooperativas de conservación.
Reconectar con socios
Del 14 al 16 de junio, Fundación Capital participará en el último evento de Redes de Áreas de Protección Marina (AMP), que convoca a actores locales y regionales, incluyendo redes locales de AMP, gobiernos y activistas de la conservación. Los principales objetivos del evento se centran en ampliar las soluciones y abogar por políticas públicas hacia la gestión de la pesca a pequeña escala, la financiación sostenible y la adaptación al cambio climático.
El evento marca un humilde comienzo de lo que esperamos que conduzca a un verdadero cambio sistémico al catalizar sólidos ecosistemas de socios y comunidades con ideas afines que están dispuestos, e incluso inflexibles, a romper las normas de “lo habitual”.
Sobre el colaborador
Christoph Baker es Asesor Principal en materia de cambio climático de Fundación Capital. Ha trabajado desde 1984 con organizaciones internacionales y ONG en el ámbito de desarrollo, medio ambiente y derechos humanos. Es escritor y ensayista, y lleva 38 años viviendo en el Mediterráneo.