Amanda Valle, participante de “El Paraíso” (Honduras)
La historia de Amanda
Un día del año 2018 Karen, gestora del programa Graduación, golpeó la puerta de Amanda Valle, en el departamento de El Paraíso, municipio de Danlí (Honduras). Le preguntó si estaba interesada en formar parte de un programa de aprendizaje para tener un negocio propio. Ella estaba embarazada de su última hija y no dudó en responder que sí. Sabía lo que quería, pero no sabía cómo lograrlo.
“Anteriormente yo me dedicaba simplemente a mi hogar. Era una mujer dependiente al 100 por ciento de mi esposo. Antes no tenía una casa, antes yo alquilaba con él.”
Luego de varios meses de capacitación y formación, el entusiasmo y compromiso de Amanda se mantenía intacto. No eran solo instancias de aprendizaje sobre administración de un negocio, también significaban una oportunidad de encuentro con otras mujeres, de compartir experiencias y descubrir posibilidades de cambio, reconocer su capacidad de transformar sus realidades y ponerse metas para conquistar sus sueños.
Hoy Amanda es una mujer empoderada, ya no depende económicamente de su marido y los ingresos que genera con su negocio ayudan a darle más tranquilidad a su familia. Su actitud ante la vida también es otra, y busca transmitir sus aprendizajes a otras mujeres. Ella sabe cuán importante es sentirse segura de sí misma para salir adelante.
“Soy una mujer que trabaja ahora, y yo sé que la comunidad me mira así, como una mujer que trabaja y me dice «Amanda, usted es luchadora», me dice la gente. (…) Y el día de mañana le digo yo no sé qué puedo ser, le digo. Así que, desde ahorita microempresaria, por favor, le digo”.
La historia de Amanda representa solo una de las 755 historias de familias hondureñas que pudieron afrontar el impacto económico de la pandemia con herramientas y el desarrollo de habilidades financieras y digitales gracias al Programa Graduación Emprendiendo una Vida Mejor (EVM). Esta iniciativa, llevada adelante por Fundación Capital, conjuntamente con la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS) de Honduras y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tuvo como objetivo apoyar a los hogares rurales en situación de pobreza extrema que hacen parte del programa de transferencias monetarias condicionadas Bono Vida Mejor, en particular los hogares liderados por mujeres, para que transiten en una senda que les permita superar su condición de pobreza extrema, aumentando su resiliencia y autoestima.
Programa Graduación “Emprendiendo una Vida Mejor”
El programa nació en 2016, como parte del trabajo conjunto de diseño y adaptación del modelo Graduación como parte del programa de transferencias monetarias condicionadas Bono Vida Mejor, del gobierno de Honduras. A partir de 2018 comenzó a implementarse en tres localidades: Copán, Lempira y El Paraíso. La propuesta tuvo una duración de 18 meses y consistió en tres grandes líneas de acción:
- Promoción de hábitos de ahorro: a través de un programa de educación e inclusión financiera denominado Mujeres Ahorradoras para una Vida Mejor, que incluyó el aumento de habilidades financieras a través de tabletas utilizando la metodología LISTA y el aprendizaje entre pares. Asimismo, el ahorro formal fue complementado con prácticas de ahorro informal a través de una herramienta de ahorro amigable y flexible Mi Casita Fuerte.
- Apoyo al consumo básico y capital semilla: proporcionado a través del programa de transferencias monetarias condicionadas Bono Vida Mejor, por un valor máximo anual de aproximadamente USD 411, según el número de niños por hogar. Una vez que el/la participante diseñó un perfil de negocio con el apoyo de un gestor, fue presentado y aprobado por su comunidad, se le depositó USD 350 a su cuenta de ahorros que le facilitaron la compra de insumos necesarios para iniciar o fortalecer una actividad productiva.
- Acompañamiento y asistencia técnica: las familias participantes recibieron la visita de gestores/as empresariales en su hogar cada 15 días, quienes facilitaron entrenamiento financiero, productivo y en temas de desarrollo humano. Además contaron con AppTitude, una herramienta digital desarrollada específicamente para este programa, a través de la cual se capacitaron a través de videos, animaciones y juegos en estrategias de ahorro, asistencia para el desarrollo de sus ideas de negocio, y aumento del autoestima. Adicionalmente, cada participante recibió una guía de trabajo con ejercicios y actividades prácticas y tuvo un entrenamiento en habilidades técnicas de forma grupal donde pusieron en práctica “aprender haciendo” y “aprender entre pares”, por medio de huertas caseras y pequeñas parcelas demostrativas en alguno de los hogares.
Metodología de evaluación y principales resultados
La evaluación del programa EVM se realizó bajo una metodología de evaluación de impacto por Prueba Controlada Aleatoria (RCT, por sus siglas en inglés). Esta evaluación fue realizada por el Centro de Estudios sobre el Desarrollo Económico (CEDE) de la Universidad de los Andes en el marco del trabajo de la Plataforma de Evaluación y Aprendizaje de Programas de Graduación en América Latina, iniciativa financiada por la Fundación Ford y IDRC Canadá.
Para implementarla, se seleccionó aleatoriamente un grupo de personas que recibieron la intervención (tratamiento) y otro grupo que no participó en el proyecto (control), con el propósito de medir los cambios en el bienestar de los hogares (variables socioeconómicas, actitudinales, financieras y sociales), como resultado de su participación en el proyecto. Este tipo de evaluación corresponde a la metodología de mayor validez para la identificación de cambios en los/las participantes que sean atribuibles a su participación en el programa.
En total, participaron 755 hogares en el grupo de tratamiento y 739 hogares en el grupo control. La mayoría de las participantes del proyecto fueron mujeres (77,2%) con un promedio de edad de 38 años.
Los resultados de la evaluación se organizaron en ocho dimensiones de análisis:
1. Activos: La evaluación demostró que, en comparación con la población de control, la población participante del programa incrementó de manera significativa el valor y la tenencia de especies mayores (equinos y bovinos) en un 75,3% más, y de especies menores (aves, porcinos, caprinos, peces y conejos) aumentó un 68,6%. Por otro lado, se destaca un incremento en 682 USD PPA en el valor de mercancías del negocio (pulperías, restaurantes, etc.) casi un 200% más que la población de control.
2. Ingresos: Los ingresos de los hogares participantes del programa mostraron un aumento significativo en relación con las actividades de servicios propios (pulperías, restaurantes, etc.), de 342% más (casi 30 USD) que la población control. Este efecto se mantuvo durante e incluso después del confinamiento por la pandemia de Covid-19.
3. Acceso a servicios financieros: La evaluación mostró que el valor del ahorro formal para los hogares que participaron se incrementó un 92% más (52 USD) que el de la población control. Este incremento se justifica por una mayor probabilidad de ahorrar de manera formal (23,4 puntos porcentuales -p.p.-) por parte de los hogares participantes. A esto se suma una menor probabilidad de acceder a créditos informales (-5,2 p.p.) y aumento en la probabilidad de ahorrar informalmente (10,2 p.p.).
4. Bienestar y empoderamiento: La evaluación demostró resultados significativos en la percepción de bienestar actual de los participantes que fue 12,1% mayor que el de la población de control. Además, la brecha entre las aspiraciones de las participantes y sus expectativas a 2 años fue 12% menor si se compara con la población control, demostrando una mayor confianza y autoestima.
5. Actividades productivas: Tras la implementación del proyecto, los y las participantes reportaron un aumento significativo de 0,53 horas diarias de trabajo (más de media hora de trabajo adicional diariamente). Este incremento en las horas de trabajo se traduce en un aumento en el ingreso laboral de los y las participantes, un 54% más al promedio del grupo control.
6. Consumo: Al terminar el proyecto, el consumo de los hogares que participaron aumentó un 10,6% más (correspondiente a 44,5 USD) respecto a la población control. Esto se explica por incrementos significativos en varios grupos del gasto de los hogares como los alimentos y el transporte.
7. Seguridad Alimentaria: En relación con el incremento del gasto en alimentos, éste viene acompañado de una reducción de 5,5 p.p. de preocupaciones sobre la seguridad alimentaria de los hogares. De esta manera, el porcentaje de hogares que se encuentran en situación de seguridad alimentaria aumentó en 6 puntos porcentuales, 37,5% más en relación con los hogares de control.
8. Pobreza: El programa presenta resultados positivos sobre el porcentaje de hogares viviendo en condiciones de pobreza monetaria y multidimensional. De hecho, la evaluación mostró un efecto de -3,2 p.p. en la pobreza monetaria (no significativo) y de -4,3 p.p. en la pobreza monetaria extrema (significativo). El efecto sobre la pobreza multidimensional tiene una reducción similar de -2,5 p.p. (no significativo).
El programa Emprendiendo una Vida Mejor demostró, en relación con otros programas Graduación implementados y evaluados en el mundo (Banerjee et al, 2015), efectos positivos y significativos de mayor magnitud en las diferentes dimensiones de bienestar, productividad, activos, gasto, ingresos.*
Entre las principales conclusiones se resalta que el programa EVM, a pesar de la crisis ocasionada por la pandemia y otros choques que sufrieron los hogares (sequías, huracanes), mantiene efectos positivos en variables importantes, de largo plazo y estructurales, como el aumento en la tenencia de activos, el ahorro y crédito formal. Además, el proyecto demostró mejorar las condiciones de vida de los hogares en términos de seguridad alimentaria, bienestar subjetivo y finanzas al interior del hogar. Y, finalmente, el programa evidenció efectos positivos con repercusiones en el largo plazo para la sostenibilidad de los efectos, pues mejoró variables de expectativas y aspiraciones.
Los resultados de la evaluación de impacto demuestran cómo los programas Graduación pueden ser una oportunidad para emprender una transformación del sistema y recuperación económica desde la incidencia positiva en los roles y las relaciones sociales (con un enfoque de género transformativo); desde el aporte con nuevos recursos y herramientas digitales para mejorar la salud financiera de las familias y desde la optimización de los flujos de información con tecnologías basadas en datos.