De cuidadoras invisibles a protagonistas: inclusión laboral en la Costa Caribe

Escrito por: Catalina Parra Moncayo, Gerenta Senior, Asesora en Medios de Vida, Género y Protección Social 

¿Cómo el enfoque de Graduación impulsa la inclusión laboral en la Costa Caribe colombiana?

En América Latina, la falta de empleos dignos sigue siendo una herida abierta: millones de personas enfrentan barreras estructurales que impiden salir de la informalidad. 

Esta realidad impacta con mayor fuerza a las mujeres cuidadoras, quienes enfrenta menores tasas de empleo y altas probabilidades de permanecer en la economía informal: el 62% de ellas se encuentran en esta condición (OIT, 2018), una cifra que es superior al promedio regional, donde actualmente el 50% de los trabajadores se encuentran en la formalidad (CEPAL, 2023) 

En Colombia, el 65% del tiempo laboral de las mujeres no es remunerado, y, sin embargo, su trabajo de cuidado aporta hasta el 20% del PIB nacional. A nivel regional, esta contribución asciende al 21% del PIB en América Latina (PNUD, 2024). 

Este dato refleja una paradoja: quienes sostienen el bienestar de la sociedad permanecen sistemáticamente excluidas del trabajo formal, sin seguridad social ni ingresos estables.  

Enfrentar las estructuras que perpetúan la desigualdad laboral exige una mirada profunda a las asimetrías que viven. Particularmente, las mujeres jóvenes cuidadoras enfrentan obstáculos adicionales —desde la sobrecarga de cuidados hasta la falta de formación certificada—, que limitan su acceso a empleos decentes. Se requiere un enfoque sistémico del mercado laboral para: 

  • Reconocer y certificar el valor del saber del cuidado. 
  • Fortalecer habilidades técnicas y socioemocionales adaptadas al mercado. 
  • Promover cambios normativos y culturales para facilitar la participación laboral. 
  • Vincular capacidades locales con demandas concretas del sector productivo 

Solo así será posible abrir puertas y avanzar en el cierre de brechas históricas y de género en territorios de alta vulnerabilidad socioeconómica. 

Con el fin de hacer frente a esta situación, desde Fundación Capital hemos desarrollado una iniciativa exitosa basada en la adaptación del enfoque de Graduación1, una metodología reconocida por medios académicos y evaluadoras como J-PAL e IPA por su efectividad para superar la pobreza extrema de manera sostenible.  

Fundación Capital lo rediseñó para responder a un reto crítico: la empleabilidad de mujeres cuidadoras. Esta adaptación va más allá de la formación técnica tradicional, puesto que integra: 

  • Las capacidades empíricas y comunitarias de las mujeres. 
  • Procesos de empoderamiento económico e inclusión financiera. 
  • Fortalecimiento de redes de apoyo. 
  • Alianzas con el sector privado. 
  • Transformación de normas sociales que las han relegado al cuidado no remunerado. 

El enfoque no busca únicamente que las mujeres accedan a un empleo. Su meta es que permanezcan y progresen en el mercado laboral formal, rompiendo los ciclos estructurales de pobreza y exclusión. 

El contexto: El trabajo informal y no remunerado  

En América Latina, la baja participación de las mujeres en el mercado laboral no puede entenderse sin atender al peso estructural del trabajo de cuidado no remunerado. Según la OIT (2024), las mujeres dedican más del triple de tiempo al cuidado que los hombres, lo que limita su disponibilidad para acceder a empleos formales y sostenibles. 

La CEPAL, la OIT y la OCDE documentan una desaceleración en la creación de empleo en la última década, exacerbada por un crecimiento débil, una alta informalidad y choques como la pandemia de 2020 (ver fuentes al final del artículo). 

La convergencia entre informalidad, pobreza, desigualdad de ingresos y uso del tiempo genera profundas brechas entre quienes logran acceder a empleos formales y quienes no. Estas brechas varían de acuerdo con la heterogeneidad de las regiones en Colombia y afectan de manera desproporcionada a jóvenes y mujeres, especialmente a aquellas que están a cargo de las labores del cuidado en sus hogares. Esto demanda estrategias que permitan transitar de contratos precarios, ingresos inestables e informales, y falta de protección social, a empleos con remuneración digna y acceso a seguridad social.  

Hablar de empleabilidad en la región Caribe colombiana y algunas de sus centralidades más importantes como Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, implica reconocer un contexto con condiciones estructurales únicas y un alto potencial de transformación. La Costa Caribe colombiana, con sectores dinámicos como el turismo, la logística y el comercio, es un terreno fértil para innovar con metodologías de Graduación que faciliten la inserción de mujeres cuidadoras y jóvenes en el mercado formal. 

María fue madre a los 18 años y, como millones de mujeres en América Latina, se abrió camino en trabajos informales mientras asumía el cuidado de sus tres hijos. El nacimiento del tercero la llevó a dar un giro: decidió buscar nuevas oportunidades para transformar el futuro de su familia. 

A través de la iniciativa Empleabilidad y Cierre de Brechas de Fundación Capital, María descubrió que las habilidades adquiridas en el cuidado y en la economía informal también son valiosas para el mercado laboral. Ganó confianza, aprendió a usar herramientas digitales y comprendió que la autonomía económica es clave para prevenir la violencia de género. 

Hoy está lista para aportar a un empleo formal, con talento, compromiso y resiliencia. Su historia nos recuerda que cada mujer cuidadora que accede a un empleo digno no solo cambia su vida: dinamiza la economía local y rompe ciclos de exclusión intergeneracional. 

María del Socorro O. – Participante de la iniciativa en Barranquilla 

¿Por qué debería importarnos esta realidad? 

En la Costa Caribe, hay muchas mujeres preparadas para trabajar; el problema es que el mercado no siempre genera espacios inclusivos para contratarlas. Nuestro objetivo es cerrar la brecha entre la voluntad de las mujeres de trabajar y las vacantes con condiciones dignas. 

Fundación Capital es consciente de que esto supone apenas un paso en el camino que muchos ya vienen trabajando y aportando, pero en el que se hace necesario insistir y generar un ecosistema que apunte a un cambio estructural: de la asistencia a la inclusión transformadora, que no solo mejora vidas individuales, sino que impulsa la economía local y que contribuye a un desarrollo más equitativo y sostenible. 

Es aquí donde este proyecto encuentra su propósito: fortalecer la oferta laboral en los grupos más vulnerables, mujeres jóvenes y cuidadoras, para que avancen en reconocer y alcanzar su pleno potencial económico y social, incrementar su capacidad de agencia y transformar las normas de género que históricamente las han limitado. 

¿Cómo empezamos? 

Desde esta perspectiva, en el año 2020 Fundación Capital se propuso adaptar el enfoque de Graduación para la empleabilidad, partiendo de sus reconocidos resultados y efectos en la reducción permanente de la pobreza2, su capacidad de adaptabilidad a los diferentes contextos3 y los impactos sostenidos de hasta 10 años4. Una de las metodologías probadas para la superación de pobreza, Graduation Approach, en una ruta de impulso hacia la empleabilidad formal. 

Iniciamos con un programa experimental en colaboración con Fundación Carvajal enfocado en jóvenes y en un contexto en el que todavía las consecuencias y restricciones de la pandemia por Covid-19 permanecían.  Entre los elementos clave para el rediseño de la metodología, se tuvieron en cuenta:  

  • La búsqueda de mecanismos costo-eficientes que permitan reducir costos y aumentar la probabilidad de escalamiento. 
  • El aumento del nivel de involucramiento y permanencia de los y las jóvenes con el programa, teniendo en cuenta su interés por lo digital y la adaptación al contexto ocasionado por la Covid-19, que en ese momento dificultaba la implementación de programas en terreno con componentes presenciales. 
  • Como parte del proceso de adaptación metodológica, se desarrolló una estrategia basada en evidencia que combinó la aplicación de encuestas y un riguroso ejercicio de benchmarking.  

Esta aproximación permitió identificar buenas prácticas y generar recomendaciones específicas para futuras intervenciones orientadas a mejorar el acceso al mercado laboral de jóvenes y mujeres en situación de vulnerabilidad. El análisis resultante proporcionó insumos objetivos para ajustar el enfoque de intervención y validar las hipótesis formuladas al inicio del proceso de innovación. 

Uno de los principales ajustes realizados al enfoque de graduación tradicional fue la transición del acompañamiento presencial, basado en mentores, hacia un enfoque híbrido con énfasis en herramientas digitales. Se diseñó una metodología transmedia orientada a aumentar la participación, el compromiso y la permanencia de las personas jóvenes, integrando contenidos pedagógicos en múltiples formatos y plataformas digitales que les resultan familiares y accesibles. 

El segundo eje de transformación fue la incorporación de tecnología con inteligencia artificial para ampliar la cobertura, reducir costos de operación y mejorar la experiencia de los participantes. Se integraron soluciones como: 

  1. Sistema de acompañamiento y formación virtual: Se consolidó un entorno de aprendizaje y apoyo basado en el uso de teléfonos inteligentes como canal principal de interacción. Esta estrategia reconoció la alta penetración móvil en la población objetivo, y se apalancó en redes sociales y plataformas digitales para ofrecer contenidos, microcápsulas, desafíos interactivos y orientación personalizada. La implementación del enfoque transmedia en 2024 se proyectó como un catalizador de mayor involucramiento y eficacia formativa. 
  1. Se diseñó un sistema de acompañamiento un a través de WhatsApp, complementado con un centro de atención telefónica (call center). Esta herramienta no se orienta a la formación, sino a facilitar de forma ágil y contextualizada el vínculo entre los participantes y las oportunidades reales de empleo y emprendimiento en su territorio. Su propósito es reducir las fricciones en el proceso de enganche laboral, entregando información personalizada y relevante, de manera automatizada pero cercana. 

Este enfoque adaptativo demuestra la capacidad de las metodologías de graduación para innovar y responder a los desafíos de empleabilidad en contextos urbanos, aprovechando la tecnología como habilitador clave. La estrategia no solo incrementa la escalabilidad y sostenibilidad del enfoque, sino que también genera evidencia útil para la toma de decisiones de políticas públicas y para inversionistas sociales interesados en soluciones costo-efectivas con alto impacto en inclusión productiva. 

Transitando de la informalidad hacia la formalidad en la Costa Caribe Colombiana 

El programa Empleabilidad y Cierre de Brechas en la Costa Caribe colombiana no se limitó a insertar mujeres en empleos, sino que buscó transformar las reglas del mercado laboral al reconocer el trabajo de cuidado como un pilar del desarrollo económico y social. La experiencia mostró que la permanencia de las participantes en procesos de formación y búsqueda laboral se fortalece cuando se certifican sus saberes previos, se reducen barreras invisibles mediante apoyos en transporte, cuidado y conectividad digital, y se potencia la confianza personal como motor de cambio.  

Al mismo tiempo, la articulación temprana con empresas permitió co-diseñar capacitaciones pertinentes, realizar simulacros de entrevistas y abrir rutas reales de inserción laboral, facilitando la transición del autoempleo informal hacia ocupaciones más estables y con protección social.  En total, se consolidaron 82 alianzas con actores públicos (5%) y privados (95%), principalmente en sectores de servicios, comercio, hotelería y mercado. 

Mujeres participantes de los talleres de la iniciativa

Ejemplos de alianzas estratégicas

  • Desayuno con pequeñas y medianas empresas en alianza con Fenalco Atlántico, sensibilizando sobre empleo inclusivo y economía del cuidado.
  • Alianza con Magneto, plataforma de empleo digital en Colombia: 245 participantes fueron contactadas por potenciales empleadores tras mejorar sus procesos de búsqueda laboral. 
  • Laboratorio grupal de simulación de entrevistas con Arcos Dorados logrando vincular a mujeres jóvenes a los procesos de selección de McDonals.
  • Arturo Calle y LiliPink se convirtieron en aliados clave desde el sector de confecciones y comercio minorista, en el cual lograron ser vinculadas algunas de las participantes. 

El uso intensivo de plataformas digitales y redes sociales para la búsqueda de empleo creció significativamente, confirmando que la transformación digital es hoy un requisito clave para la empleabilidad. En conjunto, el programa demostró que la inclusión laboral de mujeres en pobreza y con altas cargas de cuidado exige tres condiciones indispensables: alianzas estratégicas con el sector privado, sistemas de apoyo flexibles que eliminen fricciones invisibles y políticas públicas que reconozcan el valor económico tanto del cuidado como de la informalidad.  

Esta innovación metodológica —graduación con empleo, género y cuidado— permitió abrir un camino hacia trabajos más estructurados y formales, respondiendo a una triple exclusión: de género, económica y territorial. 

¿Que logramos? 

Durante el año 2024, el programa impactó a 500 mujeres de Cartagena, Santa Marta y Barranquilla, territorios emblemáticos de la Costa Caribe colombiana donde la informalidad y la desigualdad de género marcan el panorama laboral. Con una meta clara de impulsar la colocación en empleos formales, el proyecto trascendió la mera inserción laboral: se propuso promover una reflexión para la transformación en las dinámicas del mercado de trabajo, reconociendo el cuidado como motor de desarrollo económico y social.  

A lo largo del proceso, se consolidó un modelo capaz de derribar barreras invisibles, fortalecer alianzas entre el sector productivo y la sociedad, y diseñar soluciones contextualizadas, demostrando que la inclusión laboral de mujeres exige innovación, visión y compromiso colectivo. Esta experiencia genera evidencia robusta para orientar políticas públicas y atraer a inversionistas sociales decididos a potenciar la inclusión productiva con impacto sostenible. 

Our Impact

  • 14% de colocación en empleos formales en un contexto altamente informal. 
  • Reducción del autoempleo informal del 80% al 60%. 
  • Incremento del uso de plataformas digitales de 44% a 81%. 
  • Mayor confianza y permanencia gracias al acompañamiento personalizado y a la certificación de habilidades. 

Estos resultados más allá de la colocación tienen un impacto positivo y movilizador en la economía local, rompen ciclos de exclusión intergeneracional y generan cohesión social. 

Lecciones aprendidas

Importancia de un enfoque integral: El programa evidenció que los procesos son sostenibles cuando se abordan simultáneamente barreras técnicas, psicosociales y logísticas. La combinación de formación, apoyo emocional, incentivos económicos y acompañamiento personalizado resultó determinante para sostener la participación y mejorar los resultados. Una visión que los gobiernos locales y nacional pueden adaptar desde los sectores de inclusión económica.  

Involucrar al sector privado desde el principio:  La vinculación de empresas desde la fase de diseño permitió co-crear capacitaciones pertinentes, realizar simulacros de entrevistas y abrir vacantes reales. El empleo inclusivo se construye en diálogo directo con quienes generan las oportunidades: el sector empresarial.  

Reconocimiento de habilidades preexistentes: Muchas participantes contaban con competencias desarrolladas en el trabajo de cuidado o economía informal. Certificar y valorizar estas habilidades incrementó su confianza, fortaleció la autoestima y facilitó la conexión con empleadores, demostrando que el talento ya existe, solo requiere visibilidad y reconocimiento.  Desde la academia y las empresas se puede impulsar procesos de formación que aseguren la inserción laboral de este segmento poblacional. 

Superación de barreras invisibles: Apoyos como subsidios para cuidado, transporte y conectividad marcaron la diferencia. Estos elementos, frecuentemente considerados “gastos adicionales”, deben asumirse como condiciones habilitantes esenciales para garantizar igualdad de acceso al empleo formal. Integrar servicios de cuidado comunitarios en programas de empleabilidad y replicar modelos como las Manzanas del Cuidado de Bogotá, articulados al Decreto 533/2024 – Empleo para la Vida. 

Innovación digital y uso de IA: El entrenamiento en plataformas digitales y el uso de herramientas de inteligencia artificial multiplicó la competitividad de las mujeres, especialmente jóvenes. El porcentaje de participantes que utilizaban portales de empleo pasó de 44% a 81%, y la búsqueda en redes sociales se duplicó, mostrando que la digitalización es un prerrequisito para la inclusión laboral.  En este segmento hay un gran potencial para articular programas faro con el sector STEEM, vinculando talento joven y femenino en ciclos rápidos de formación, práctica y relación laboral, y desde el Estado el garantizar el acceso básico a conectividad y herramientas de fácil usabilidad para el diseño de perfiles laborales y búsqueda de empleo.  

Sostenibilidad e inclusión financiera: El acompañamiento en salud financiera y planificación del ingreso reforzó la estabilidad de las participantes, favoreciendo decisiones responsables de ahorro, consumo y endeudamiento. Este componente permitió que el empleo formal se tradujera en una salida real y sostenible de la pobreza. El sector financiero ha realizado pasos importantes en la creación de nuevos productos para poblaciones en situación de vulnerabilidad; sin embargo, la integración de un enfoque de género es esencial para cerrar brechas de acceso al crédito, promover el ahorro y facilitar la inversión productiva de las mujeres cuidadoras. 

Perspectiva de Inversión Social Transformadora: Escalando el Enfoque de Graduación para Mujeres Cuidadoras 

Mujeres participantes de la iniciativa

Un aprendizaje clave del piloto en la Costa Caribe 

La experiencia demostró que mejorar la empleabilidad de mujeres en pobreza y con altas cargas de cuidado exige ir más allá de la capacitación tradicional. El éxito estuvo en articular formación, apoyos logísticos y psicosociales, innovación digital y alianzas estratégicas con el sector privado. De esta forma, se logró una transición real del autoempleo informal hacia ocupaciones más estables y formales.  

Esta evidencia confirma que la empleabilidad inclusiva no es un servicio accesorio, sino un eje estratégico de desarrollo económico y social. 

Recomendaciones: 

Invertir en apoyos habilitantes para potenciar la empleabilidad inclusiva; reconocer el acompañamiento personalizado y los incentivos económicos dirigidos para suplir necesidades relacionadas con el transporte, el cuidado y la conectividad permitirá mayor permanencia y efectividad. 

Escalar la estrategia transmedia y digital: construir una plataforma pública nacional, que integre formación en empleabilidad, igualdad de género, salud financiera y cuidado, personalizada mediante algoritmos de machine learning. Este ecosistema digital debe complementarse con acompañamiento psicosocial vía WhatsApp y alianzas locales que adapten la estrategia a cada territorio. 

Construir una red nacional de empleadores aliados: Para que la inclusión sea sostenible se requiere una red de empresas que reconozcan el talento femenino en contextos de vulnerabilidad. Esto implica visibilizar incentivos fiscales y reputacionales, establecer protocolos de contratación con enfoque de género y cuidado, y promover convenios con cámaras de comercio y bolsas de empleo. El sector privado no es un actor invitado, es el socio central de esta transformación. 

Fuentes: 

  • Banco de la República (2025). Nueva evidencia sobre la informalidad laboral y empresarial en Colombia. Ensayos sobre Política Económica, No. 108, febrero 2025. Bogotá: Banco de la República. 
  • DANE (2024). Cuenta Satélite de Economía del Cuidado 2021-2023 (boletín técnico). Bogotá: Departamento Administrativo Nacional de Estadística, 5 de julio de 2024. 
  • Gobierno de Colombia (2024). Decreto 0533 de 29 de abril de 2024 (por el cual se reglamenta el Incentivo para la creación y permanencia de nuevos empleos formales, «Empleo para la Vida»). Bogotá: Ministerio del Trabajo. 
  • McKinsey Global Institute (2015). The Power of Parity: How Advancing Women’s Equality Can Add $12 Trillion to Global Growth. McKinsey & Company. 
  • OIT (2024). Cerrar la brecha de género para impulsar la economía y la productividad en América Latina. Serie Panorama Laboral en América Latina y el Caribe 2024. Lima: Organización Internacional del Trabajo. 
  • OCDE (2025). Base de Datos de Empleo de la OCDE – Tasa de empleo por sexo (15-64 años), 2012-2024. París: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. 
  • CEPAL, Promover la inclusión laboral como una forma de superar las desigualdades y la informalidad en América Latina y el Caribe, Tercer seminario regional de desarrollo social [Presentación].  
  • Organización Internacional del Trabajo. (2018). El trabajo de cuidados y los trabajadores del cuidado: Para un futuro con trabajo decente. Informe.

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