Escrito por Carolina de Miranda, Directora del Departamento de Promoción Social y Medios de Vida, y Laura Morínigo, Coordinadora de Proyectos del área económica y de género.
Participante del Proyecto Agricultura Sostenible y Desarrollo Rural Saemaul Undong en Paraguay
Las medidas de confinamiento generadas por el COVID-19 han provocado impactos económicos en todo el mundo. Sin embargo, la severidad de estos efectos no es la misma para todos los segmentos de la población: las personas en situación de pobreza y pobreza extrema, particularmente las mujeres, vieron su condición deteriorarse con mayor gravedad y velocidad que otros grupos. La precarización económica en la que vivían antes de la pandemia — con menores ingresos, menor disponibilidad de activos y alto nivel de informalidad — se ha profundizado durante la crisis sanitaria, acrecentando las desigualdades sociales preexistentes. Para las mujeres, las desigualdades van más allá de la falta o disminución de los ingresos y políticas de protección social; éstas se presentan dentro del hogar, mediante la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado.
Actualmente, Fundación Capital, con el apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC), se encuentra implementando en Paraguay un proyecto de Graduación con enfoque de género transformativo en el marco del Programa Abrazo del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia. A raíz de la pandemia del COVID-19, el proyecto debió ajustarse y requirió adaptaciones de diseño y de actividades según los diferentes contextos que se presentaron con el fin de mantener el vínculo con las participantes, aún con medidas preventivas de distanciamiento social.
Entender la realidad de las mujeres durante la pandemia es fundamental para poder elaborar estrategias que puedan mitigar los efectos socioeconómicos de la crisis. Por ello, Fundación Capital realizó un estudio con 479 mujeres participantes del Programa Abrazo para conocer cómo ha afectado la pandemia su economía y qué estrategias han llevado adelante para hacer frente a la crisis.
El estudio se dividió en tres grupos: un grupo conformado por mujeres del Programa Abrazo que también forman parte de los Grupos de Ahorro y Observatorios realizados por Fundación Capital en el marco del proyecto de Graduación; otro grupo de mujeres del Programa Abrazo que no conformaron Grupos de Ahorro ni formaron parte de los Observatorios de Fundación Capital; y, finalmente, el grupo de mujeres del de los centros del Programa Abrazo en el departamento de Itapúa, que ingresaron al proyecto meses antes del inicio de la pandemia.
Como resultado de esta investigación, obtuvimos un análisis económico de las participantes pos-cuarentena.
Dificultades socio económicas afrontadas
El rol de las políticas públicas de protección social ha sido fundamental para evitar un deterioro aún más profundo en las condiciones de vida de las mujeres encuestadas. Por un lado, el 85,59% de las participantes recibió kits de alimentos para enfrentar esta crisis. Adicional a esto, el 66,6% expresó que recibió el bono Abrazo, al momento del levantamiento de las encuestas.
En lo que respecta a las dificultades afrontadas por las participantes, el 86,64% expresó que tuvo inconvenientes para generar ingresos y el 16,51% de las que estaban en relación de dependencia laboral fue despedida de su lugar de trabajo. Por su parte, 3 de cada 10 encuestadas expresaron que disminuyeron sus días laborales, así como aquellas que debido a las restricciones por la cuarentena no pueden salir a trabajar. Las encuestadas que se dedican a la venta de productos expresaron que en un 29,67% de los casos sintieron una disminución de sus ventas durante la cuarentena, mientras que el 4,55% comentó que se vió forzada a cerrar o abandonar definitivamente su negocio debido a la falta de ventas.
Estrategias y acciones consideradas para la generación de ingresos
Ante estas dificultades, las mujeres desarrollaron diferentes estrategias para la generación de ingresos durante el período del aislamiento. Analizando el comportamiento de los tres grupos en cuanto a que medidas tomaron, el Grupo 1 se destaca en varias acciones frente a los demás. Por ejemplo, el 42,24% expresó que se encuentra en búsqueda de nuevos trabajos. Así mismo, el 19,83% comenta que incorporó el uso de tecnologías para promover sus negocios. En lo que respecta al apoyo del gobierno, el 75% dijo que espera una asistencia adicional de estos.
Estas diferencias no fueron profundizadas en la encuesta aunque se podría inferir que, las participantes de Grupos de Ahorro y Observatorios, han desarrollado procesos de construcción de capital social y mayores niveles de resiliencia al tener el apoyo de sus pares en sus comunidades. Así también, desde Fundación Capital se han desarrollado temas sobre la importancia de ahorrar para fondos de emergencia, planificar y pensar en metas de vida, lo cual influye en estos procesos de desarrollo personal y de los negocios, así como en el fortalecimiento de los vínculos entre mujeres.
Más allá de pensar en generar ingresos, las mujeres tuvieron la primera necesidad de conseguir alimentos para el hogar. En Paraguay, estas, lideran iniciativas de ollas populares (Comida colectiva destinada a cubrir las necesidades alimentarias mínimas de grupos sociales con graves carencias económicas) en distintos puntos del país. Particularmente, 39% de las mujeres encuestadas en este estudio señalaron que recibieron ayuda de familiares, amigos, vecinos, organizaciones religiosas y el gobierno central. El 33% utilizó sus ingresos habituales y el 21% señaló haber realizado trueque de alimentos en su comunidad y/o familia o asistió a ollas populares. Al analizar estas estrategias según los grupos estudiados, vemos que el grupo de mujeres de de Grupos de Ahorro y Observatorios, reportó en un 86,21% haber utilizado sus ahorros para generar consumo (frente a 2,93% en el Grupo 2 y 3,47% en el Grupo 3). Así también, el 68,61% respondió que utilizó sus ingresos habituales para este mismo efecto (frente a 25,41% en el Grupo 2 y 5,36% en el Grupo 3).
A diferencia de lo anterior, los grupos 2 y 3 enfrentaron la primera etapa de la cuarentena con programas como Ñangareko o Abrazo, así como de las municipalidades. Estos diferentes escenarios muestran que, ante situaciones de emergencia o shocks externos, las redes o espacios comunitarios de mujeres sirven como estrategias de protección social en primera instancia. Asimismo, herramientas para el ahorro y manejo, gestión y administración de recursos son esenciales para mantener un colchón o fondo de emergencia. Todo esto hace que las políticas y medidas de apoyo económico del Estado puedan alcanzar de manera más eficiente, particularmente a una población en situación de vulnerabilidad en escenarios de crisis como la pandemia del COVID-19.
Oportunidades y alternativas a futuro
Mirar hacia adelante en tiempos difíciles es un gran desafío para las mujeres en situación de pobreza. Aún así, la mitad de las encuestadas respondió que piensa realizar una actividad para generar ingresos.
Estos resultados nos muestran que, como organización que busca mejorar la vida económica y financiera de las personas viviendo en situación de vulnerabilidad y especialmente mujeres, debemos continuar acompañando a través de la formación técnica y educación financiera para el desarrollo de emprendimientos sostenibles. La capacidad de manejar conceptos básicos sobre el manejo de un presupuesto, gestionar su endeudamiento y calcular los costos, permite que las mujeres puedan tener negocios adecuados a sus necesidades y rentables, y al mismo tiempo, reforzar espacios de encuentro y colaboración asociativa entre ellas.
“En ese momento nosotros no teníamos nada y entonces quitamos nuestro dinero. Esto nos salvó. En ese tiempo yo tenía Gs. 135.000 (Aprox. USD 21). Esto me salvó” Encuestada de Villeta.
“Y de mi ahorro me dieron (…) ponele que era Gs. 200.000, 300.000 (Aprox. USD 30,45) por ahí. Me salvó. Sí. Me salvó bastante. Y de eso era que pagué unos cuantitos de mis cuentitas chicas que tenía y los demás, comestibles” Encuestada de Guarambaré).
El conocimiento y desarrollo de conceptos financieros se vuelve de vital importancia en escenarios de crisis. Los resultados demostraron que las mujeres participantes de los grupos de ahorro fueron más resilientes en comparación a los otros grupos. Por tanto, el acceso informado a herramientas y productos financieros, contribuyen a una buena administración y planificación de deudas o gastos; con lo cual se pueda construir una estrategia efectiva para poder romper la trampa de la pobreza a la que se enfrentan las mujeres de este estudio. Por otra parte, el rol del Estado como hacedor de políticas públicas particularmente en temas de protección social, es clave para que las mujeres puedan acceder a oportunidades informadas para su recuperación económica y social. La efectiva participación de las mujeres como ciudadanas económicas plenas es necesaria para la reactivación económica del país y el mejoramiento de la calidad de vida.