Soluciones digitales para aumentar la resiliencia climática de los agricultores en Paraguay
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Autor: Alejandro Britez, oficial de comunicaciones de Fundación Capital en Paraguay.

Iniciar mencionando los desastres naturales que se volvieron costumbre en las noticias, como el aumento del nivel del mar, sequías prolongadas, incendios, tormentas que destruyen ciudades, es una de las formas más comunes de empezar un artículo sobre cambio climático. Existen más puntos en común, pero siempre hay uno principal: nos afecta a todas las personas y especies pero no de la misma manera. Además en algunos casos se ve afectada la salud, en otros la vivienda, también el trabajo, e incluso la capacidad de cultivar alimentos.

Producir alimentos implica múltiples conocimientos cuyo factor determinante siempre es el clima. En las últimas décadas su variabilidad y baja previsibilidad ha generado retos más complejos, afectando más a quienes cultivan a pequeña escala, aumentando así su situación de vulnerabilidad, en especial en países en vías de desarrollo.

Paraguay, con un poco más de siete millones de habitantes, tiene la agricultura como una de sus principales actividades económicas, por ejemplo, el 96,5% de la producción de hortalizas se realiza en las fincas de agricultura familiar (según el Censo Agrícola Nacional, 2008). Esto representa un importante sector con alta vulnerabilidad ante la crisis climática, debido a que el nivel de exposición a los riesgos son mayores y sus capacidades para enfrentarlos son más limitadas. Además, Paraguay se encuentra en la categoría de ¨riesgo extremo¨ en el índice de vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en la región de América Latina y el Caribe (CAF, 2014).

Agricultura climáticamente inteligente para la adaptación al cambio climático

La agricultura climáticamente inteligente es un enfoque con tres objetivos: I) aumentar la producción y los ingresos de forma sostenible, II) adaptar y crear resiliencia ante el cambio climático y III) reducir la producción de gases de efecto invernadero (según la FAO). Para lograrlos se deben tener en cuenta diversos factores y uno de ellos es el contexto.

En la ciudad de Villeta, un destino a poco más de 30 km de la capital de Paraguay, se encuentra la finca experimental de Fundación Capital. Éste fue el escenario del estudio ¨Escuchando las necesidades de las plantas¨ que analizó y adaptó este enfoque a ciclos productivos de tomates. Para la investigación se instaló una estación meteorológica en el predio, donde se incluyeron sensores y un sistema de riego automático con controlador inteligente para testear diferentes tratamientos con el objetivo de analizar el nivel de uso de agua y producción de las plantas.

Cuando los sensores recolectaron información de las plantas, del suelo y del clima para alojarlo en una nube, la información obtenida se combinó con previsiones meteorológicas de la estación, incluyendo modelos de crecimiento específicos de cultivos. Posteriormente un algoritmo analizó la combinación y obtuvo datos agronómicos accionables y recomendaciones de riego. La principal herramienta para este estudio fue proveída por la empresa Supplant (distinguida por la revista Time).

Para analizar y adaptar la tecnología, con el objetivo de contribuir a la sostenibilidad del ecosistema y reducir el uso de agua, se establecieron dos áreas de estudio: una a campo abierto y otra en un ambiente protegido por invernadero. Ambas locaciones tuvieron parcelas con sistemas de riego de forma temporizada y riego basado en el crecimiento de la planta. Este último consiste en una tecnología de algoritmos que analiza el pronóstico del tiempo más los sensores de suelo, tallo y fruta para identificar el momento exacto en que la planta necesita ser regada.

El uso eficiente del agua permite a las plantas desarrollarse mejor, aprovechar todos los nutrientes del suelo. No sólo se ahorra agua, también aumenta la cantidad de producción y la calidad de las frutas. El riego basado en el crecimiento de la planta (GBI) optimizó el crecimiento de los tomates aplicando la cantidad exacta de agua necesaria.

Retos tecnológicos para la adaptación al cambio climático

La tecnología se ha convertido en una gran aliada para acelerar procesos y optimizar recursos que se necesitan todos los días. Además, por su capacidad de adaptabilidad, permite crear estrategias que articulen a todos los actores del sistema para iniciar el proceso de transformación que se necesita para aumentar la resiliencia climática, económica y social. Sin embargo, todo proceso de cambio implica inversión, algo que puede ser difícil en los hogares de las familias que se dedican a producir en pequeñas escalas en cualquier parte del mundo, no solo en Paraguay.

Parte de la investigación fue aprovechar la información de riego proveída por la tecnología de Supplant en fincas ubicadas en un radio de hasta 25 km. Además se analizó el contexto local para pensar, de forma sencilla, accesible y eficiente cómo democratizar dicha información. Con ello, Fundación Capital desarrolló Culti, una app de gestión de producción pensada para acompañar todo el proceso de cultivo y vincular información sobre el clima proveída por Supplant para optimizar el riego de las parcelas.

Esta experiencia hizo posible escuchar las necesidades de uno de los sectores más afectados por el cambio climático, valorando el contexto para entender y responder a esas necesidades. También comprobó que es posible ahorrar recursos, trabajo y aumentar las producciones con un enfoque sostenible para generar seguridad alimentaria e ingresos. No obstante, hacerlo a escala solo será posible en alianza con todos los actores del sistema.

Es necesario seguir avanzando en evidencias y en la articulación de instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil para trabajar conjuntamente en el proceso de transformación de una agricultura que mitigue los efectos del cambio climático, pero también que se adapte. Es posible contar con modelos de producción sostenibles para el planeta sin olvidarnos de las necesidades de las personas. Los sistemas pueden y deben cambiar.

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Cultivo de tomate con sensores de tallo y fruta para recolección de información.

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